miércoles, 25 de abril de 2012
lunes, 23 de abril de 2012
Humanidad
La conferencia que el
Maestro iba a pronunciar sobre LA DESTRUCCION DEL MUNDO había sido
profusamente anunciada, y fue mucha la gente que acudió a los jardines
del monasterio para escucharle.
La conferencia concluyó en menos de un minuto. Todo lo que el Maestro dijo fue:
La conferencia concluyó en menos de un minuto. Todo lo que el Maestro dijo fue:
Estas son las cosas que acabarán con la raza humana:
La política sin principios.
El progreso sin compasión.
La riqueza sin esfuerzo.
La erudición sin silencio.
La religión sin riesgo.
el culto sin consciencia".
El progreso sin compasión.
La riqueza sin esfuerzo.
La erudición sin silencio.
La religión sin riesgo.
el culto sin consciencia".
a/d
LA PENA...
De vez en cuando me mira como queriendo meterse....
A veces me charla, me dice que está conmigo.
Me pide vivir en un rincón de la mano
o que la abrigue con mi bufanda.
Antes de que me convenciera.....la pisé.
Recuerda... A las penas, conviene matarlas cuando son chiquitas.
d/a
d/a
Hugo Finkelstein
Hay una manera de cambiar un sentimiento
Hay una manera de cambiar un pensamiento
y es cambiando el sentimiento que lo genera
Hay una manera de cambiar una creencia
y es haciendo nuevas experiencias.
viernes, 20 de abril de 2012
El Shemá Israel de mamá
El holocausto del que fueron
víctimas los judíos de Europa, provoco que muchos niños judíos fueran adoptados
por conventos católicos. No se trataba de una acción misionera, sino que
los pobres padres que querían salvar las vidas de sus hijos, elegían a veces
este camino. Dejaban entonces bebés y niños en los orfanatos de la
Iglesia. Allí estos recibían alimento y protección. Miles de niños se
salvaron así de las cámara de gas.
Concluyó la guerra. Se detuvo la
máquina de exterminio nazi. Muchas asociaciones y centros de
refugiados, se ocuparon de volver a reunir familias y registrar datos. Mas los
desaparecidos, superaban en número, miles de veces a los que eran
hallados.
Lentamente, comenzaron a llegar
noticias sobre los niños que fueron
depositados en las iglesias. Se
descubrió que gran parte de los chicos que se encontraban allí, no eran
reclamados. Fue enviada una comisión integrada por los rabinos Silver y Gurfinkel
desde USA y Gran Bretaña para tratar de devolver a estos niños al seno de su
Pueblo.
Los rabinos se dirigieron al primer
convento y pidieron hablar con la
máxima autoridad. "Por supuesto que
no nos oponemos que los niños vuelvan a sus hogares, a ver a sus
familiares". ¿Pero... cómo sabrán distinguir cual niño o niña es judío?. Nosotros no
acostumbramos a señalar el origen o religión de los chicos.
"Pues la lista de nombres nos
ayudará", contestaron. " La revisaremos y aquellos que suenen como judíos,
nos demostrará su origen".
"No, no, no; ¡no acostumbramos a
hacer las cosas así!", dijo el cura
enfurecido. " Tenemos que ser
detallistas al máximo. No es posible dejar ni una posibilidad de error. Exijo
seguridad y pruebas fehacientes en un cien por cien, no menos. Tomen el ejemplo
del apellido Miller. Ustedes dirán quese trata de alguno de origen judío.
Sin embargo hay cientos de personas que se llaman así y no son judías.
El mismo caso es con los Raijman o Daitch. Son apellidos populares de alemanes
y polacos. No es posible liberar niños,
por el mero sonido de un
nombre.
Los Rabinos intentaron convencerlo
con buenos argumentos,
pero él seguía con la suya. "Solo permitiré que se retiren niños con la total seguridad
de que son judíos".
¿Qué hacer? La mayoría de los niños fueron
separados de sus familias cuando eran muy pequeños y no podían recordar por sí
solo sus orígenes.
¿Documentos? Imposible encontrarlos
después de semejante destrucción.
Los Rabinos hicieron un nuevo
intento para convencer al sacerdote y éste perdió la paciencia. "Lo siento
mucho. Ya les di demasiado de mi tiempo. Decidan ya que hacer. Les otorgo
solo tres minutos". Parecía que todos los esfuerzos iban a caer en saco roto.
El corazón de los Rabinos se partía del dolor. De acuerdo a la información
que tenían, decenas de niños judíos se
hallaban en este convento, y solo
contaban con tres minutos... Los labios murmuraron una pequeña plegaria al
Amo del mundo, para que los ilumine con una idea que permita discernir entre
cientos de niños y niñas, que eran Yehudim y sólo en tres minutos, que
es lo que tenían permitido.
Sus rezos fueron escuchados. A la
mente de uno de los Sabios llegó una increíble idea. "¿Podemos utilizar
los tres minutos cuando queramos?"
"Si" fue la respuesta.
"Entonces, vendremos cuando lo niños
se acuesten a dormir".
"A las siete en punto", fue la respuesta del cura, que no ocultaba su desdén por la testarudez
y perseverancia de los Rabinos y esperaba ansiosamente la llegada de
la hora señalada, para saber realmente
qué es lo que tramaban.
¿Para qué irse y volver?
Cuando el reloj dejó oír
las siete campanadas,
todos los pupilos se encontraban, después de un pesado día, acostados en sus camas,
ordenadas una al lado de la otra en el gran salón.
Los Rabanim caminaron hacia el
centro de la habitación. Uno de ellos se paró sobre un pequeño banquillo y
esperó. Un silencio total reinó allí.
De todas partes, pequeños ojitos se
dirigían a él. Y así
con voz calma, el Rabino pronunció seis palabras que penetraron
en la sala de punta a punta:
"Shemá Israel Adonai Elokenu Adonai
Ejad" (Oye
Israel, D's es nuestro D´s, D's es
uno).
En un instante se oyeron murmullos
de todos los extremos del salón.
Vocecitas con llantos y palabras
entrecortadas: "Máme", "Mámele", "Mamá".
Cada niño en su lengua, buscaba a su
madre. A ella, que unos años antes, en el momento de acunarlo y taparlo
cada noche antes de dormir, y antes de darle el beso de "buenas noches", le
susurraban al oído estas palabras, que son la base de la Fe judía.
Palabras que todo niño judío sabe: "Shemá Israel Adonai
Elokenu Adonai Ejad".
El sacerdote bajó la vista. Los
Rabinos lo lograron. Pudieron liberar
a los niños perdidos.
Los pocos segundos que
cada madre dedicó noche a noche
al acostar a sus niños, fueron
los que mantuvieron unidos a su pueblo.
d/a | |||
jueves, 19 de abril de 2012
Emilio Morenatti
Comenzó su carrera en España. En 2003, viajó a Afganistán como corresponsal para cubrir la guerra y la caída de los talibanes para la Associated Press. Fue enviado a Oriente Medio para cubrir el conflicto de la AP en 2005. En 2006, mientras cubría el conflicto en la ciudad de Gaza, fue secuestrado por hombres armados pero fue liberado sano y salvo un día después. En 2008 fue nombrado Fotógrafo de Periódicos del Año . A continuación se muestra una colección de sus imágenes a partir de 2008 y hasta la fecha en 2009.
martes, 17 de abril de 2012
~ El Camino no tomado ~
Dos caminos se abrieron en un bosque amarillo,
y lamentando no poder tomar ambos,
al tener que decidir por uno,
permanecí mirando uno de ellos
hasta que se perdía en la maleza.
Luego me dirigí al otro, también posible.
Éste era tal vez más tentador,
con pasto verde y poco transitado.
Sin embargo hasta ese lugar
los dos estaban gastados de igual manera.
Y ahí estaban ambos aquella mañana,
cubiertos de hojas que no se volverán a pisar.
Dejé el primero para otro día,
pero, sabiendo que un camino lleva a otro,
dudé que pudiera volver a tomarlo.
Siempre diré esto con un suspiro.
En algún lugar, hace mucho mucho tiempo:
dos caminos se abrieron en un bosque, y yo...
tomé el menos transitado,
y eso marcó la diferencia.
y lamentando no poder tomar ambos,
al tener que decidir por uno,
permanecí mirando uno de ellos
hasta que se perdía en la maleza.
Luego me dirigí al otro, también posible.
Éste era tal vez más tentador,
con pasto verde y poco transitado.
Sin embargo hasta ese lugar
los dos estaban gastados de igual manera.
Y ahí estaban ambos aquella mañana,
cubiertos de hojas que no se volverán a pisar.
Dejé el primero para otro día,
pero, sabiendo que un camino lleva a otro,
dudé que pudiera volver a tomarlo.
Siempre diré esto con un suspiro.
En algún lugar, hace mucho mucho tiempo:
dos caminos se abrieron en un bosque, y yo...
tomé el menos transitado,
y eso marcó la diferencia.
(Robert Frost)
El andén de la vida.
Cuando aquella tarde llegó a la vieja estación
le informaron que el tren en que ella viajaría se retrasaría aproximadamente una
hora.
La elegante señora, un poco fastidiada, compró una revista, un paquete de galletas y una botella de agua para pasar el tiempo.
Buscó un banco en el andén central y se sentó preparada para la espera.
Mientras hojeaba su revista, un joven se sentó a su lado y comenzó a leer un diario.
Imprevistamente, la señora observó cómo aquel muchacho, sin decir una sola palabra, estiraba la mano, agarraba el paquete de galletas, lo abría y comenzaba a comerlas, una a una, despreocupadamente.
La mujer se molestó por esto, no quería ser grosera, pero tampoco dejar pasar aquella situación o hacer de cuenta que nada había pasado; así que, con un gesto exagerado, tomó el paquete y sacó una galleta, la exhibió frente al joven y se la comió mirándolo fijamente a los ojos.
Como respuesta, el joven tomó otra galleta y mirándola la puso en su boca y sonrió.
La señora ya enojada, tomó una nueva galleta y, con ostensibles señales de fastidio, volvió a comer otra,
La elegante señora, un poco fastidiada, compró una revista, un paquete de galletas y una botella de agua para pasar el tiempo.
Buscó un banco en el andén central y se sentó preparada para la espera.
Mientras hojeaba su revista, un joven se sentó a su lado y comenzó a leer un diario.
Imprevistamente, la señora observó cómo aquel muchacho, sin decir una sola palabra, estiraba la mano, agarraba el paquete de galletas, lo abría y comenzaba a comerlas, una a una, despreocupadamente.
La mujer se molestó por esto, no quería ser grosera, pero tampoco dejar pasar aquella situación o hacer de cuenta que nada había pasado; así que, con un gesto exagerado, tomó el paquete y sacó una galleta, la exhibió frente al joven y se la comió mirándolo fijamente a los ojos.
Como respuesta, el joven tomó otra galleta y mirándola la puso en su boca y sonrió.
La señora ya enojada, tomó una nueva galleta y, con ostensibles señales de fastidio, volvió a comer otra,
manteniendo de nuevo la mirada en el
muchacho.
El diálogo de miradas y sonrisas continuó entre galleta y galleta. La señora cada vez más irritada, y el muchacho cada vez más sonriente.
Finalmente, la señora se dio cuenta que en el paquete sólo quedaba la última galleta. "No podrá ser tan caradura", pensó mientras miraba alternativamente al joven y al paquete de galletas.
Con calma el joven alargó la mano, tomó la última galleta, y con mucha suavidad, la partió exactamente por la mitad.
Así, con un gesto amoroso, ofreció la mitad de la última galleta a su
compañera de banco.-¡Gracias! -dijo la mujer tomando con rudeza aquella mitad.-De nada -contestó el joven sonriendo suavemente mientras comía su mitad.
Entonces el tren anunció su partida....
El diálogo de miradas y sonrisas continuó entre galleta y galleta. La señora cada vez más irritada, y el muchacho cada vez más sonriente.
Finalmente, la señora se dio cuenta que en el paquete sólo quedaba la última galleta. "No podrá ser tan caradura", pensó mientras miraba alternativamente al joven y al paquete de galletas.
Con calma el joven alargó la mano, tomó la última galleta, y con mucha suavidad, la partió exactamente por la mitad.
Así, con un gesto amoroso, ofreció la mitad de la última galleta a su
compañera de banco.-¡Gracias! -dijo la mujer tomando con rudeza aquella mitad.-De nada -contestó el joven sonriendo suavemente mientras comía su mitad.
Entonces el tren anunció su partida....
La señora se levantó furiosa del banco y subió
a su vagón.
Al arrancar, desde la ventanilla de su asiento vio al muchacho todavía sentado en el andén y pensó: "¡Qué insolente, qué mal educado, qué será de nuestro mundo!".
Sin dejar de mirar con resentimiento al joven, sintió la boca reseca por el disgusto que aquella situación le había provocado. Abrió su bolso para sacar la botella de agua y se quedó totalmente sorprendida cuando encontró, dentro de su cartera, su paquete de galletas intacto...
a/d
Al arrancar, desde la ventanilla de su asiento vio al muchacho todavía sentado en el andén y pensó: "¡Qué insolente, qué mal educado, qué será de nuestro mundo!".
Sin dejar de mirar con resentimiento al joven, sintió la boca reseca por el disgusto que aquella situación le había provocado. Abrió su bolso para sacar la botella de agua y se quedó totalmente sorprendida cuando encontró, dentro de su cartera, su paquete de galletas intacto...
El caballo y el asno.
Un hombre tenía un caballo y un asno.
Un día que ambos iban camino a la ciudad, el asno, sintiéndose cansado, le dijo al caballo:
-- Toma una parte de mi carga si te interesa mi vida.
El caballo haciéndose el sordo no dijo nada y el asno cayó víctima de la fatiga, y murió allí mismo.
Entonces el dueño echó toda la carga encima del caballo, incluso la piel del asno.
Y el caballo, suspirando dijo:
-- ¡ Qué mala suerte tengo !
¡ Por no haber querido cargar con un ligero fardo ahora tengo que cargar con todo, y hasta con la piel del asno encima !
a/d
lunes, 16 de abril de 2012
LA ISLA DE LOS SENTIMIENTOS
Erase una vez
una isla donde habitaban todos los sentimientos:
La alegría, la
tristeza y muchos más, incluyendo el Amor.
Un día les fue
avisado a los moradores que la isla se iba a hundir.
Todos los
sentimientos se apresuraron a salir de la isla,
se metieron en
sus barcos y se prepararon a partir,
pero el Amor
se quedó,
porque se
quería quedar un rato más con la isla que tanto amaba antes de que se hundiese.
Cuando por fin
ya estaba casi ahogado, el Amor comenzó a pedir ayuda.
En eso venía la Riqueza y el Amor le dijo:
Riqueza llévame contigo.
No puedo – le
contestó – hay mucho oro y plata en mi barco,
No tengo
espacio para tí.
Entonces el
Amor le pidió ayuda a la
Vanidad: por favor ayúdame.
La vanidad le
dijo: no te puedo llevar tu estás todo mojado,
Vas a arruinar
mi barco nuevo.
El Amor le
pidió ayuda a la Tristeza:
Tristeza me dejas ir contigo?.
Ella le
respondió: Ay !! Amor estoy tan triste que prefiero estar solita.
También paso la Alegría, pero ella estaba
tan alegre,
que no oyó el
Amor llamar.
Allí fue
cuando una voz le llamó; ven Amor yo te llevo, era un viejito, pero el Amor
estaba tan feliz que se le olvidó preguntarle su nombre.
Al llegar a
tierra firme le pregunto a la sabiduría:
Sabiduría, ¿
quién era el viejito que me trajo aquí ?
Ella
respondió: era el Tiempo.
¿ El Tiempo ?
preguntó el Amor,
pero, ¿ porqué
solo el Tiempo me quiso traer ?.
La Sabiduría
le respondió:
Porque solo el
tiempo es capaz de ayudar a entender un
gran Amor...
a/d
domingo, 15 de abril de 2012
Cuentos cortos para pensar – La Riqueza
Un día, un padre llevó a su pequeño hijo a tomar un paseo por el campo con el propósito de mostrarle como vivía la gente pobre.
Pasaron el día visitando a unos amigos campesinos, que era una familia muy pobre.
Cuando regresaban del viaje, el padre le preguntó a su hijo, "¿Qué te pareció el paseo?"
"Muy bueno, papá."
"¿Viste cuán pobre es la gente?" le preguntó el padre.
"¿De que hablas, papá?" replicó su hijo.
"Vi que ellos tienen 4 perros, en cambio nosotros tenemos solo uno.
Nosotros tenemos una piscina que apenas llega hasta la mitad del jardín, ellos tienen un riachuelo que nunca termina.
Nosotros tenemos lámparas en el jardín, ellos tienen estrellas.
Nuestro patio termina en la pared del vecino, el de ellos acaba junto con el horizonte.
Ellos tienen tiempo para sentarse a conversar juntos, en cambio tú y mamá tienen que trabajar todo el tiempo y nunca los veo."
"Vi que ellos tienen 4 perros, en cambio nosotros tenemos solo uno.
Nosotros tenemos una piscina que apenas llega hasta la mitad del jardín, ellos tienen un riachuelo que nunca termina.
Nosotros tenemos lámparas en el jardín, ellos tienen estrellas.
Nuestro patio termina en la pared del vecino, el de ellos acaba junto con el horizonte.
Ellos tienen tiempo para sentarse a conversar juntos, en cambio tú y mamá tienen que trabajar todo el tiempo y nunca los veo."
Cuando el pequeño muchacho terminó, su padre quedó mudo.
Su hijo añadió, "Gracias, papá, por mostrarme tanta riqueza y saber lo pobres que somos nosotros."
¿Acaso no es cierto que todo depende de como tú veas las cosas?
Si tienes amor, amigos, familia, salud, buen humor y una actitud positiva hacia la vida... ¡lo tienes todo!
No
puedes comprar ninguna de estas cosas. Puedes tener todas las
posesiones que el dinero puede comprar, pero si eres pobre de
espíritu..., no tienes nada.
Todo depende del color del cristal con que se mire....
Autor Desconocido
Instrucciones para ser humano
Recibirás un Cuerpo.
Puede gustarte o no, pero será tuyo durante todo el tiempo que estés aquí.
Aprenderás Lecciones .
Estas
inscripto en una escuela informal de tiempo completo llamada vida. En
esta escuela cada día tendrás la oportunidad de aprender clases. Es
posible que las lecciones te gusten o que te parezcan irrelevantes y
tontas.
No Hay Errores, Sólo Lecciones .
El
crecimiento es un proceso de prueba y error: es una experimentación.
Los experimentos fallidos forman parte del proceso en igual medida que
el experimento que funciona bien.
Las Lecciones no Tienen Fin.
No hay nada en la vida que no contenga sus lecciones. Si estás vivo, siempre tendrás algo para aprender.
"Allí "no es Mejor que "Aquí "
Cuando tu "Allí " se convierte en un "Aquí " simplemente tendrás otro "Allí " que de nuevo parecerá mejor.
Los Otros no son más que tus espejos.
No puedes amar u odiar algo en otra persona a menos que refleje algo que amas u odias en ti mismo.
Lo que haces de tu vida depende de ti.
Tienes todas las herramientas y los recursos que necesitas. Lo que hagas con ellos depende de ti. La decisión es tuya.
Tus respuestas están dentro de ti.
Las respuestas a las interrogantes de la Vida están en tu interior. Todo lo que debes hacer es mirar, escuchar y confiar.
Olvidarás todo esto...
...Pero siempre que quieras, podrás recordarlo.
A/D
A/D
El Cuento de las Arenas
Un río, desde sus orígenes en lejanas montañas, después de pasar a través de toda clase y trazado de campiñas, al fin alcanzó las arenas del desierto. Del mismo modo
que había sorteado todos los otros obstáculos, el río trató de
atravesar este último, pero se dio cuenta de que sus aguas desaparecían
en las arenas tan pronto llegaba a éstas.
Estaba convencido, no obstante, de que su destino
era cruzar este desierto y sin embargo, no había manera. Entonces una
recóndita voz, que venía desde el desierto mismo le susurró:
"El Viento cruza el desierto y así puede hacerlo el río"
El río objetó que se estaba estrellando contra
las arenas y solamente conseguía ser absorbido, que el viento podía
volar y ésa era la razón por la cual podía cruzar el desierto.
"Arrojándote con
violencia como lo vienes haciendo no lograrás cruzarlo. Desaparecerás o
te convertirás en un pantano. Debes permitir que el viento te lleve
hacia tu destino"
-¿Pero cómo esto podrá suceder?
"Consintiendo en ser absorbido por el viento".
Esta idea no era aceptable para el río. Después de todo él nunca había sido absorbido antes. No quería perder su individualidad. "¿Y, una vez perdida ésta, cómo puede uno saber si podrá recuperarla alguna vez?"
"El viento", dijeron las arenas, "cumple
esa función. Eleva el agua, la transporta sobre el desierto y luego la
deja caer. Cayendo como lluvia, el agua nuevamente se vuelve río"
-¿Cómo puedo saber que esto es verdad?
"Así es, y si tú
no lo crees, no te volverás más que un pantano y aún eso tomaría
muchos, pero muchos años; y un pantano, ciertamente no es la misma cosa
que un río."
-¿Pero no puedo seguir siendo el mismo río que ahora soy?
"Tú no puedes en ningún caso permanecer así", continuó la voz. "Tu
parte esencial es transportada y forma un río nuevamente. Eres llamado
así, aún hoy, porque no sabes qué parte tuya es la esencial."
Cuando oyó esto, ciertos ecos comenzaron a
resonar en los pensamientos del río. Vagamente, recordó un estado en el
cual él, o una parte de él ¿cuál sería?, había sido transportado en los brazos del viento. También recordó --
¿o le pareció?-- que eso era lo que
realmente debía hacer, aún cuando no fuera lo más obvio. Y el río elevó
sus vapores en los acogedores brazos del viento, que gentil y fácilmente
lo llevó hacia arriba y a lo lejos, dejándolo caer suavemente tan
pronto hubieron alcanzado la cima de una montaña, muchas pero muchas
millas más lejos. Y porque había tenido sus dudas, el río pudo recordar y
registrar más firmemente en su mente, los detalles de la experiencia.
Reflexionó:
"Sí, ahora conozco mi verdadera identidad". El río estaba aprendiendo pero las arenas susurraron: "Nosotras
conocemos, porque vemos suceder esto día tras día, y porque nosotras
las arenas, nos extendemos por todo el camino que va desde las orillas
del río hasta la montaña"
Y es por eso que se dice que el camino en el cual el Río de la Vida ha de continuar su travesía está escrito en las
Arenas.
Awad Afifi el Tunecino
La ciudad de los pozos de Jorge Bucay.
Esta ciudad no estaba habitada por personas, como todas las demás ciudades del planeta.
Esta ciudad estaba habitada por pozos. Pozos vivientes... pero pozos al fin.
Los pozos se diferenciaban entre sí, no sólo por el lugar en el que estaban excavados sino también por el brocal (la abertura que los conectaba con el exterior).
Había pozos pudientes y ostentosos con brocales de mármol y de metales preciosos; pozos humildes de ladrillo y madera y algunos otros más pobres, con simples agujeros pelados que se abrían en la tierra.
La comunicación entre los habitantes de la ciudad era de brocal a brocal y las noticias cundían rápidamente, de punta a punta del poblado.
Un dìa llegó a la ciudad una "moda" que seguramente había nacido en algún pueblito humano:
La nueva idea señalaba que todo ser viviente que se precie debería cuidar mucho más lo interior que lo exterior. Lo importante no es lo superficial sino el contenido.
Así fue cómo los pozos empezaron a llenarse de cosas.
Algunos se llenaban de joyas, monedas de oro y piedras preciosas. Otros, más prácticos, se llenaron de electrodomésticos y aparatos mecánicos. Algunos más, optaron por el arte, y fueron llenándose de pinturas, pianos de cola y sofisticadas esculturas posmodernas. Finalmente los intelectuales se llenaron de libros, de manifiestos ideológicos y de revistas especializadas.
Pasó el tiempo.
La mayoría de los pozos se llenaron a tal punto que ya no pudieron incorporar nada más.
Los pozos no eran todos iguales, así que, si bien algunos se conformaron, hubo otros que pensaron que debían hacer algo para seguir metiendo cosas en su interior...
Alguno de ellos fue el primero: En lugar de apretar el contenido, se le ocurrió aumentar su capacidad ensanchándose.
No pasó mucho tiempo antes de que la idea fuera imitada, todos los pozos gastaban gran parte de sus energías en ensancharse para poder hacer más espacio en su interior.
Un pozo, pequeño y alejado del centro de la ciudad, empezó a ver a sus camaradas ensanchándose desmedidamente. El pensó que si seguían hinchándose de tal manera , pronto se confundirían los bordes y cada uno perdería su identidad...
Esta ciudad estaba habitada por pozos. Pozos vivientes... pero pozos al fin.
Los pozos se diferenciaban entre sí, no sólo por el lugar en el que estaban excavados sino también por el brocal (la abertura que los conectaba con el exterior).
Había pozos pudientes y ostentosos con brocales de mármol y de metales preciosos; pozos humildes de ladrillo y madera y algunos otros más pobres, con simples agujeros pelados que se abrían en la tierra.
La comunicación entre los habitantes de la ciudad era de brocal a brocal y las noticias cundían rápidamente, de punta a punta del poblado.
Un dìa llegó a la ciudad una "moda" que seguramente había nacido en algún pueblito humano:
La nueva idea señalaba que todo ser viviente que se precie debería cuidar mucho más lo interior que lo exterior. Lo importante no es lo superficial sino el contenido.
Así fue cómo los pozos empezaron a llenarse de cosas.
Algunos se llenaban de joyas, monedas de oro y piedras preciosas. Otros, más prácticos, se llenaron de electrodomésticos y aparatos mecánicos. Algunos más, optaron por el arte, y fueron llenándose de pinturas, pianos de cola y sofisticadas esculturas posmodernas. Finalmente los intelectuales se llenaron de libros, de manifiestos ideológicos y de revistas especializadas.
Pasó el tiempo.
La mayoría de los pozos se llenaron a tal punto que ya no pudieron incorporar nada más.
Los pozos no eran todos iguales, así que, si bien algunos se conformaron, hubo otros que pensaron que debían hacer algo para seguir metiendo cosas en su interior...
Alguno de ellos fue el primero: En lugar de apretar el contenido, se le ocurrió aumentar su capacidad ensanchándose.
No pasó mucho tiempo antes de que la idea fuera imitada, todos los pozos gastaban gran parte de sus energías en ensancharse para poder hacer más espacio en su interior.
Un pozo, pequeño y alejado del centro de la ciudad, empezó a ver a sus camaradas ensanchándose desmedidamente. El pensó que si seguían hinchándose de tal manera , pronto se confundirían los bordes y cada uno perdería su identidad...
Quizás
a partir de esta idea se le ocurrió que otra manera de aumentar su
capacidad era crecer, pero no a lo ancho sino hacia lo profundo. Hacerse
más hondo en lugar de más ancho.
Pronto se dio cuenta que todo lo que tenía dentro de él le imposibilitaba la tarea de profundizar. Si quería ser más profundo debía vaciarse de todo contenido...
Al principio tuvo miedo al vacío, pero luego, cuando vio que no había otra posibilidad, lo hizo.
Vacío de posesiones, el pozo empezó a volverse profundo, mientras los demás se apoderaban de las cosas de las que él se había deshecho...
Un día , sorpresivamente el pozo que crecía hacia adentro tuvo una sorpresa. Adentro, muy adentro , y muy en el fondo encontró agua...
Nunca antes otro pozo había encontrado agua...
El pozo superó la sorpresa y empezó a jugar con el agua del fondo, humedeciendo las paredes, salpicando los bordes y por último sacando agua hacia fuera.
La ciudad nunca había sido regada más que por la lluvia, que de hecho era bastante escasa, así que la tierra alrededor del pozo, revitalizada por el agua, empezó a despertar.
Las semillas de sus entrañas, brotaron en pasto, en tréboles, en flores, y en troquitos endebles que se volvieron árboles después...
La vida explotó en colores alrededor del alejado pozo al que empezaron a llamar "El Vergel".
Todos le preguntaban cómo había conseguido el milagro.
-Ningún milagro - contestaba el Vergel - hay que buscar en el interior, hacia lo profundo...
Muchos quisieron seguir el ejemplo del Vergel, pero desandaron la idea cuando se dieron cuenta de que para ir más profundo debían vaciarse. Siguieron ensanchándose cada vez más para llenarse de más y más cosas...
En la otra punta de la ciudad, otro pozo, decidió correr también el riesgo del vacío...
Y también empezó a profundizar...
Y también llegó al agua...
Y también salpicó hacia fuera creando un segundo oasis verde en el pueblo...
- ¿Que harás cuando se termine el agua? - le preguntaban.
- No sé lo que pasará - contestaba - Pero, por ahora, cuánto más agua saco, más agua hay.
Pasaron unos cuantos meses antes del gran descubrimiento.
Un día, casi por casualidad, los dos pozos se dieron cuenta de que el agua que habían encontrado en el fondo de sí mismos era la misma...
Que el mismo río subterráneo que pasaba por uno inundaba la profundidad del otro.
Se dieron cuenta de que se abría para ellos una nueva vida.
No sólo podìan comunicarse, de brocal a brocal, superficialmente, como todos los demás, sino que la búsqueda les había deparado un nuevo y secreto punto de contacto:
Pronto se dio cuenta que todo lo que tenía dentro de él le imposibilitaba la tarea de profundizar. Si quería ser más profundo debía vaciarse de todo contenido...
Al principio tuvo miedo al vacío, pero luego, cuando vio que no había otra posibilidad, lo hizo.
Vacío de posesiones, el pozo empezó a volverse profundo, mientras los demás se apoderaban de las cosas de las que él se había deshecho...
Un día , sorpresivamente el pozo que crecía hacia adentro tuvo una sorpresa. Adentro, muy adentro , y muy en el fondo encontró agua...
Nunca antes otro pozo había encontrado agua...
El pozo superó la sorpresa y empezó a jugar con el agua del fondo, humedeciendo las paredes, salpicando los bordes y por último sacando agua hacia fuera.
La ciudad nunca había sido regada más que por la lluvia, que de hecho era bastante escasa, así que la tierra alrededor del pozo, revitalizada por el agua, empezó a despertar.
Las semillas de sus entrañas, brotaron en pasto, en tréboles, en flores, y en troquitos endebles que se volvieron árboles después...
La vida explotó en colores alrededor del alejado pozo al que empezaron a llamar "El Vergel".
Todos le preguntaban cómo había conseguido el milagro.
-Ningún milagro - contestaba el Vergel - hay que buscar en el interior, hacia lo profundo...
Muchos quisieron seguir el ejemplo del Vergel, pero desandaron la idea cuando se dieron cuenta de que para ir más profundo debían vaciarse. Siguieron ensanchándose cada vez más para llenarse de más y más cosas...
En la otra punta de la ciudad, otro pozo, decidió correr también el riesgo del vacío...
Y también empezó a profundizar...
Y también llegó al agua...
Y también salpicó hacia fuera creando un segundo oasis verde en el pueblo...
- ¿Que harás cuando se termine el agua? - le preguntaban.
- No sé lo que pasará - contestaba - Pero, por ahora, cuánto más agua saco, más agua hay.
Pasaron unos cuantos meses antes del gran descubrimiento.
Un día, casi por casualidad, los dos pozos se dieron cuenta de que el agua que habían encontrado en el fondo de sí mismos era la misma...
Que el mismo río subterráneo que pasaba por uno inundaba la profundidad del otro.
Se dieron cuenta de que se abría para ellos una nueva vida.
No sólo podìan comunicarse, de brocal a brocal, superficialmente, como todos los demás, sino que la búsqueda les había deparado un nuevo y secreto punto de contacto:
La
comunicación profunda que sólo consiguen entre sí, aquellos que tienen
el coraje de vaciarse de contenidos y buscar en lo profundo de su ser lo
que tienen para dar...
"El Buscador" de Jorge Bucay.
Esta es la historia de un hombre al que yo definiría como un buscador...
Un buscador es alguien que busca; no necesariamente alguien que encuentra.
Tampoco es alguien que, necesariamente, sabe qué es lo que está buscando. Es simplemente alguien para quien su vida es una búsqueda.
Un día, el buscador sintió que debía ir hacia la ciudad de Kammir. Había aprendido a hacer caso riguroso de estas sensaciones que venían de un lugar desconocido de sí mismo. Así que lo dejó todo y partió.
Después de dos días de marcha por los polvorientos caminos, divisó, a lo lejos, Kammir, Un poco antes de llegar al pueblo, le llamó mucho la atención una colina a la derecha del sendero. Estaba tapizada de un verde maravilloso y había un montón de árboles, pájaros y flores encantadores. La rodeaba por completo una especie de pequeña valla de madera lustrada.
Una portezuela de bronce lo invitaba a entrar.
De pronto, sintió que olvidaba el pueblo y sucumbió ante la tentación de descansar por un momento en aquél lugar.
El buscador traspasó el portal y empezó a caminar lentamente entre las piedras blancas que estaban distribuidas como al azar, entre los árboles.
Dejó que sus ojos se posaran como mariposas en cada detalle de aquel paraíso multicolor.
Sus ojos eran los de un buscador, y quizá por eso descubrió aquella inscripción sobre una de las piedras:
Un buscador es alguien que busca; no necesariamente alguien que encuentra.
Tampoco es alguien que, necesariamente, sabe qué es lo que está buscando. Es simplemente alguien para quien su vida es una búsqueda.
Un día, el buscador sintió que debía ir hacia la ciudad de Kammir. Había aprendido a hacer caso riguroso de estas sensaciones que venían de un lugar desconocido de sí mismo. Así que lo dejó todo y partió.
Después de dos días de marcha por los polvorientos caminos, divisó, a lo lejos, Kammir, Un poco antes de llegar al pueblo, le llamó mucho la atención una colina a la derecha del sendero. Estaba tapizada de un verde maravilloso y había un montón de árboles, pájaros y flores encantadores. La rodeaba por completo una especie de pequeña valla de madera lustrada.
Una portezuela de bronce lo invitaba a entrar.
De pronto, sintió que olvidaba el pueblo y sucumbió ante la tentación de descansar por un momento en aquél lugar.
El buscador traspasó el portal y empezó a caminar lentamente entre las piedras blancas que estaban distribuidas como al azar, entre los árboles.
Dejó que sus ojos se posaran como mariposas en cada detalle de aquel paraíso multicolor.
Sus ojos eran los de un buscador, y quizá por eso descubrió aquella inscripción sobre una de las piedras:
Abdul Tareg, vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días
Se sobrecogió un poco al darse cuenta de que aquella piedra no era simplemente una piedra: era una lápida.
Sintió pena al pensar que un niño de tan corta edad estaba enterrado en aquel lugar.
Mirando a su alrededor, el hombre se dio cuenta de que la piedra de al lado también tenía una inscripción. Se acercó a leerla. Decía:
Sintió pena al pensar que un niño de tan corta edad estaba enterrado en aquel lugar.
Mirando a su alrededor, el hombre se dio cuenta de que la piedra de al lado también tenía una inscripción. Se acercó a leerla. Decía:
Yamir Kalib, vivió 5 años, 8 meses y 3 semanas
El buscador se sintió terriblemente conmocionado.
Aquel hermoso lugar era un cementerio, y cada piedra era una tumba.
Una por una, empezó a leer las lápidas.
Todas tenían inscripciones similares: un nombre y el tiempo de vida exacto del muerto.
Pero lo que lo conectó con el espanto fue comprobar que el que más tiempo había vivido sobrepasaba apenas los once años...
Embargado por un dolor terrible, se sentó y se puso a llorar.
Aquel hermoso lugar era un cementerio, y cada piedra era una tumba.
Una por una, empezó a leer las lápidas.
Todas tenían inscripciones similares: un nombre y el tiempo de vida exacto del muerto.
Pero lo que lo conectó con el espanto fue comprobar que el que más tiempo había vivido sobrepasaba apenas los once años...
Embargado por un dolor terrible, se sentó y se puso a llorar.
El cuidador del cementerio pasaba por allí y se acercó.
Lo miró llorar durante un rato en silencio y luego le preguntó si lloraba por algún familiar.
-No, por ningún familiar —dijo el buscador—. ¿Qué pasa en este pueblo? ¿Qué cosa tan terrible hay en esta ciudad? ¿Por qué hay tantos niños muertos enterrados en este lugar? ¿Cuál es la horrible maldición que pesa sobre esta gente, que les ha obligado a construir un cementerio de niños?
El anciano sonrió y dijo:
- Puede usted serenarse. No hay tal maldición. Lo que pasa es que aquí tenemos una vieja costumbre. Le contaré...:
"Cuando un joven cumple quince años, sus padres le regalan una libreta como esta que tengo aquí, para que se la cuelgue al cuello. Es tradición entre nosotros que, a partir de ese momento, cada vez que uno disfruta intensamente de algo, abre la libreta y anota en ella:
Lo miró llorar durante un rato en silencio y luego le preguntó si lloraba por algún familiar.
-No, por ningún familiar —dijo el buscador—. ¿Qué pasa en este pueblo? ¿Qué cosa tan terrible hay en esta ciudad? ¿Por qué hay tantos niños muertos enterrados en este lugar? ¿Cuál es la horrible maldición que pesa sobre esta gente, que les ha obligado a construir un cementerio de niños?
El anciano sonrió y dijo:
- Puede usted serenarse. No hay tal maldición. Lo que pasa es que aquí tenemos una vieja costumbre. Le contaré...:
"Cuando un joven cumple quince años, sus padres le regalan una libreta como esta que tengo aquí, para que se la cuelgue al cuello. Es tradición entre nosotros que, a partir de ese momento, cada vez que uno disfruta intensamente de algo, abre la libreta y anota en ella:
A la izquierda, qué fue lo disfrutado.
A la derecha, cuánto tiempo duró el gozo.
A la derecha, cuánto tiempo duró el gozo.
Conoció a su novia y se enamoró de ella. ¿Cuánto
tiempo duró esa pasión enorme y el placer de conocerla? ¿Una semana?
¿Dos? ¿Tres semanas y media...?
Y después, la emoción del primer beso, el placer maravilloso del primer beso...¿Cuánto duró? ¿El minuto y medio del beso? ¿Dos días? ¿Una semana?
¿Y el embarazo y el nacimiento del primer hijo...?
¿Y la boda de los amigos?
¿Y el viaje más deseado?
¿Y el encuentro con el hermano que vuelve de un país lejano?
¿ Cuánto tiempo duró el disfrutar de estas situaciones?
¿Horas? ¿Días?
Y después, la emoción del primer beso, el placer maravilloso del primer beso...¿Cuánto duró? ¿El minuto y medio del beso? ¿Dos días? ¿Una semana?
¿Y el embarazo y el nacimiento del primer hijo...?
¿Y la boda de los amigos?
¿Y el viaje más deseado?
¿Y el encuentro con el hermano que vuelve de un país lejano?
¿ Cuánto tiempo duró el disfrutar de estas situaciones?
¿Horas? ¿Días?
Así, vamos anotando en la libreta cada momento que disfrutamos... Cada momento.
Cuando alguien se muere, es nuestra costumbre
abrir su libreta y sumar el tiempo de lo disfrutado para escribirlo
sobre su tumba. Porque ese es para nosotros el único y verdadero tiempo
vivido".
jueves, 12 de abril de 2012
CUANTAS COSAS PERDÍ POR MIEDO DE PERDER
... Estaba en la playa con
su padre, y él pidió que probara. Si la temperatura del agua era buena.
... Ella tenía cinco años
y se entusiasmó de poder ayudar;
fue hasta la orilla y se mojó los pies.
- Metí los pies, está
fría- le dijo, el padre la tomó en brazos, fue con ella hasta la orilla del mar
y sin ningún aviso la tiró dentro del agua.
Ella se asustó, pero
después se divirtió con la broma.
- ¿Cómo está el agua ?-
preguntó el padre.-está buena - respondió.
- Entonces, de aquí en
adelante, cuando quieras saber alguna cosa, zambúllete en ella.
Paulo Coehlo
Mahatma Gandhi
y hazlo sonreír contigo.
Toma una chispa de sol y hazla volar
donde reina la noche e ilumínala
y haz que surjan todas las estrellas.
Toma un río de agua y haz bañar
en él a quien vive en el lodo.
Toma una lágrima, ponla en el rostro y el alma
de quien nunca ha llorado.
Toma el sentimiento mágico
de la vida y otórgalo a quien no sabe encontrarlo.
Toma la esperanza, vive en su luz
y repártela a todos.
Toma de la bondad lo más hermoso
y dónalo a quien no sabe donar.
Descubre el amor verdadero y hazlo
conocer al mundo.
LOS TRES LEONES.
En la selva vivían 3 leones. Un día el mono, el representante electo por
los animales, convocó a una reunión para pedirles una toma de decisión.
Todos nosotros sabemos que el león es el Rey,
pero para una gran duda en la selva: existen 3 leones y los 3 son muy
fuertes.
¿A cuál de ellos debemos rendir obediencia? ¿Cuál de ellos deberá ser
nuestro Rey?
Los leones supieron de la reunión y comentaron entre si: Es verdad, la
preocupación de los animales tiene mucho sentido. Una selva no puede tener
tres reyes.
Luchar entre nosotros no queremos ya que somos amigos...
Necesitamos saber cual será el elegido, pero, ¿Cómo descubrirlo?
Otra vez los animales se reunieron y después de mucho
deliberar, llegaron a una decisión y se la comunicaron a los tres leones:
Encontramos una solución muy simple para el problema, y decidimos que van a
escalar la Montaña Dificil.
El que llegue primero a la cima será consagrado nuestro Rey.
La Montaña Difícil era la mas alta de toda la selva. El desafío fue
aceptado y todos los animales se reunieron para asistir a la gran escalada.
El primer león intentó escalar y no pudo llegar.
El segundo empezó con muchas ganas, pero, también fue derrotado.
El tercer león tampoco lo pudo conseguir y bajó derrotado.
Los animales estaban impacientes y curiosos; si los tres fueron derrotados,
¿Cómo elegirían un Rey?
En este momento, un águila, grande en edad y en sabiduría, pidió la
palabra:
¡Yo sé quien debe ser el rey!
Todos los animales hicieron silencio y la miraron con gran expectativa.
¿Cómo? Preguntaron todos.
Es simple ... dijo el águila. Yo estaba volando bien cerca y cuando volvían
derrotados en su escalada por la Montaña Difícil, escuché lo que cada uno
dijo a la Montaña.
El primer león dijo: - ¡Montaña, me has vencido!
El segundo león dijo: - ¡Montaña, me has vencido!
El tercer león dijo: - ¡Montaña, me has vencido, por ahora! Pero ya
llegaste a tu tamaño final y yo todavía estoy creciendo !!!!
La diferencia, completó el águila, es que el tercer león tuvo una
actitud de vencedor cuando sintió la derrota , pero no desistió y quien
piensa así, su persona es más grande que su problema:
El es el rey de si mismo, está preparado para ser rey de los demás.
Los animales aplaudieron entusiasmadamente al tercer
león que fue coronado El Rey de los animales.
Moraleja:
No tiene mucha importancia el tamaño de las dificultades o problemas que
tengas. Tus problemas, por lo menos en la mayor parte de las veces, ya
llegaron al nivel máximo, pero TU no.
Tú todavía estás creciendo y eres más grande que todos tus problemas
juntos.
Todavía no llegaste al límite de tu potencial y de tu
excelencia.
La Montaña de las Dificultades tiene un tamaño fijo,
¡TU TODAVIA ESTAS CRECIENDO!
Y acuérdate de ESTO:
"Sólo los peces muertos nadan CON la corriente"
a/d
martes, 10 de abril de 2012
Soneto
Si para recobrar lo recobrado
debí perder primero lo perdido,
si para conseguir lo conseguido
tuve que soportar lo soportado.
Si para estar ahora enamorado
fue menester haber estado herido,
tengo por bien sufrido lo sufrido,
tengo por bien llorado lo llorado.
Porque después de todo he comprobado
que no se goza bien de lo gozado
sino después de haberlo padecido.
Porque después de todo he comprendido
que lo que el árbol tiene de florido
vive de lo que tiene sepultado.
(Francisco Luis Bernárdez)
debí perder primero lo perdido,
si para conseguir lo conseguido
tuve que soportar lo soportado.
Si para estar ahora enamorado
fue menester haber estado herido,
tengo por bien sufrido lo sufrido,
tengo por bien llorado lo llorado.
Porque después de todo he comprobado
que no se goza bien de lo gozado
sino después de haberlo padecido.
Porque después de todo he comprendido
que lo que el árbol tiene de florido
vive de lo que tiene sepultado.
(Francisco Luis Bernárdez)
AHORA LO ENTIENDO
Siendo
niño pertenecí al Movimiento Scout. Ahí nos enseñaban, entre otras
cosas, la importancia de la "Buena Acción" que consistía en realizar
todos los días actos generosos y nobles, como recoger algún papel en la
calle y botarlo en la papelera, ayudar en la casa a lavar platos, cuidar
la fauna y la flora, ayudar a alguna persona anciana o impedida a
cruzar la calle, etc. Me gustaba mucho cumplir esa tarea.
Un día caminaba por una calle de la ciudad de Coro y vi a un perro tirado en plena vía sin poder moverse. Estaba herido, un carro lo había atropellado y tenía rotas las dos patas traseras, los vehículos le pasaban muy de cerca y mi temor era que lo mataran porque era imposible que él solo pudiera levantarse.
Vi allí una gran oportunidad para hacer la "Buena Acción" y como buen Scout detuve el tráfico, me dispuse a rescatar al perro herido y ponerlo a salvo para entablillarle las patas. Yo nunca había entablillado a nadie pero el "Manual Scout" decía cómo hacerlo. Con mucho amor y entrega me acerqué, lo agarré pero me clavó los dientes en las manos. Inmediatamente me llevaron a la Sanidad y me inyectaron contra la rabia, aunque la "rabia" por la mordida no se me quitó con la vacuna.
Durante mucho tiempo no entendí por qué el perro me había mordido si yo sólo quería salvarlo y no hacerle daño, no sé que pasó y no me lo pude explicar. Yo quería ser su amigo, es más, pensaba curarlo, bañarlo, dejarlo para mí y cuidarlo mucho. Esta fue la primera decepción que sufrí por intentar hacer el bien, no lo comprendí. Que alguien haga daño al que lo maltrata es tolerable, pero que trate mal a quien lo quiera ayudar no es aceptable.
Pasaron muchos años hasta que vi claro que el perro no me mordió, quien me mordió fue su herida; ahora lo entiendo perfectamente. Cuando alguien está mal, no tiene paz, está herido del alma y si recibe amor o buen trato: ¡Muerde! Pero él no hunde sus dientes, es su herida la que los clava.
Comprende el malestar de las personas que te rodean. Cuando alguien te grita, te ofende, te critica o te hace daño no lo hace porque te quiere mal sino porque está herido, está herido del alma, se siente mal o algo malo está pasando por su vida. No te defiendas ni lo critiques, mas bien compréndelo, acéptalo y ayúdalo.
Un día caminaba por una calle de la ciudad de Coro y vi a un perro tirado en plena vía sin poder moverse. Estaba herido, un carro lo había atropellado y tenía rotas las dos patas traseras, los vehículos le pasaban muy de cerca y mi temor era que lo mataran porque era imposible que él solo pudiera levantarse.
Vi allí una gran oportunidad para hacer la "Buena Acción" y como buen Scout detuve el tráfico, me dispuse a rescatar al perro herido y ponerlo a salvo para entablillarle las patas. Yo nunca había entablillado a nadie pero el "Manual Scout" decía cómo hacerlo. Con mucho amor y entrega me acerqué, lo agarré pero me clavó los dientes en las manos. Inmediatamente me llevaron a la Sanidad y me inyectaron contra la rabia, aunque la "rabia" por la mordida no se me quitó con la vacuna.
Durante mucho tiempo no entendí por qué el perro me había mordido si yo sólo quería salvarlo y no hacerle daño, no sé que pasó y no me lo pude explicar. Yo quería ser su amigo, es más, pensaba curarlo, bañarlo, dejarlo para mí y cuidarlo mucho. Esta fue la primera decepción que sufrí por intentar hacer el bien, no lo comprendí. Que alguien haga daño al que lo maltrata es tolerable, pero que trate mal a quien lo quiera ayudar no es aceptable.
Pasaron muchos años hasta que vi claro que el perro no me mordió, quien me mordió fue su herida; ahora lo entiendo perfectamente. Cuando alguien está mal, no tiene paz, está herido del alma y si recibe amor o buen trato: ¡Muerde! Pero él no hunde sus dientes, es su herida la que los clava.
Comprende el malestar de las personas que te rodean. Cuando alguien te grita, te ofende, te critica o te hace daño no lo hace porque te quiere mal sino porque está herido, está herido del alma, se siente mal o algo malo está pasando por su vida. No te defiendas ni lo critiques, mas bien compréndelo, acéptalo y ayúdalo.
Padre Ricardo Bulmez
EL ARBOL DE LA MENTIRA
La Verdad y la Mentira se pusieron a vivir juntas una
vez y, pasado cierto tiempo, la Mentira, que es muy inquieta, le propuso
a la Verdad que plantaran un árbol, para que les diese fruta y poder
disfrutar de su sombra en los días más calurosos. La Verdad, que no
tiene doblez y se conforma con poco, aceptó la propuesta.
Cuando el árbol estuvo plantado y empezó a crecer frondoso, la Mentira propuso a la Verdad que se lo repartieran entre las dos, cosa que agradó a la Verdad. La Mentira, dándole a entender con razonamientos muy bellos y bien construidos que la raíz mantiene al árbol, le da vida y, por ello, es la mejor parte y la de mayor provecho, aconsejó a la Verdad que se quedara con las raíces, que viven bajo tierra, En tanto, ella se contentaría con las ramitas que aún habían de salir y vivir por encima de la tierra, lo que sería un gran peligro, pues estarían a merced de los hombres, que podrían cortarlas o pisarlas, cosa que también podrían hacer los animales y las aves. Además, le dijo que los grandes calores podrían secarlas, y quemarlas los grandes fríos; por el contrario, las raíces no estarían expuestas a estos peligros.
Al oír la Verdad todas estas razones, como es bastante crédula, muy confiada y no tiene malicia alguna, se dejó convencer por su compañera la Mentira; creyò que era verdad lo que le decía.
La Verdad se metió bajo tierra para vivir, pues allí estaban las raíces, que ella había elegido, y la Mentira permaneció encima de la tierra, con los hombres y los demás seres vivos.
Y como la Mentira es muy lisonjera, en poco tiempo se ganó la admiración de la gente, porque su árbol comenzó a crecer y a echar grandes ramas y hojas que daban fresca sombra; también nacieron en el árbol flores muy hermosas, de muchos colores.
Al ver un árbol tan hermoso, muchas personas empezaron a reunirse junto a él muy contentas; gozaban de su sombra y de sus flores; la mayoría de la gente permanecía allí, e incluso quienes vivían lejos se recomendaban el árbol de la Mentira por su alegría, sosiego y sombra fresca.
Así, la Mentira se sentía muy honrada y era muy considerada por quienes buscaban siempre su compañía: al que menos se acercaba a ella y menos sabía de sus artes, todos lo despreciaban, e incluso él mismo se descalificaba.
Mientras esto le ocurría a la Mentira, que se sentía muy feliz, la triste y despreciada Verdad estaba escondida bajo la tierra, sin que nadie supiera de ella ni quisiera ir a buscarla. Viendo la Verdad que no tenía con qué alimentarse, sino con las raíces de aquel árbol que la Mentira le aconsejó tomar como suyas, y a falta de otro alimento, se puso a roer y a cortar para su sustento las raíces del árbol de la Mentira. Aunque el árbol tenía ramas gruesas, hojas muy anchas que daban mucha sombra y flores de colores muy alegres, antes de que llegase a dar su fruto fueron cortadas todas sus raíces, pues tuvo que comérselas la Verdad.
Cuando las raíces desaparecieron, la Mentira estaba a la sombra de su árbol con todas las personas que aprendían sus artimañas, se levantó viento y movió el árbol que, como no tenía raíces, muy facilmente cayó derribado sobre la Mentira, a la que hirió y quebró muchos huesos, así como a sus acompañantes, quienes resultaron malheridos.
Entonces, por el vacío que había dejado el tronco, salió la Verdad, que estaba escondida, y cuando llegó a la superficie vio que la Mentira y todos los que la acompañaban estaban muy maltrechos. Habían recibido gran daño por haber seguido el camino de la Mentira.
La Mentira tiene ramas muy grandes y sus flores, que son sus palabras, pensamientos o halagos, son muy agradables y gustan mucho, pero son efímeros y nunca llegan a dar buenos frutos.
A quienes usen de los halagos y engaños de la mentira, evitalos cuanto puedas, porque cuando se encuentren más confiados, les sucederá como al árbol de la Mentira y a quienes se cobijaron bajo él.
Aunque muchas veces en nuestros tiempos la verdad sea menospreciada, abrazate a ella. La verdad siempre te hará libre.
a/d
Cuando el árbol estuvo plantado y empezó a crecer frondoso, la Mentira propuso a la Verdad que se lo repartieran entre las dos, cosa que agradó a la Verdad. La Mentira, dándole a entender con razonamientos muy bellos y bien construidos que la raíz mantiene al árbol, le da vida y, por ello, es la mejor parte y la de mayor provecho, aconsejó a la Verdad que se quedara con las raíces, que viven bajo tierra, En tanto, ella se contentaría con las ramitas que aún habían de salir y vivir por encima de la tierra, lo que sería un gran peligro, pues estarían a merced de los hombres, que podrían cortarlas o pisarlas, cosa que también podrían hacer los animales y las aves. Además, le dijo que los grandes calores podrían secarlas, y quemarlas los grandes fríos; por el contrario, las raíces no estarían expuestas a estos peligros.
Al oír la Verdad todas estas razones, como es bastante crédula, muy confiada y no tiene malicia alguna, se dejó convencer por su compañera la Mentira; creyò que era verdad lo que le decía.
La Verdad se metió bajo tierra para vivir, pues allí estaban las raíces, que ella había elegido, y la Mentira permaneció encima de la tierra, con los hombres y los demás seres vivos.
Y como la Mentira es muy lisonjera, en poco tiempo se ganó la admiración de la gente, porque su árbol comenzó a crecer y a echar grandes ramas y hojas que daban fresca sombra; también nacieron en el árbol flores muy hermosas, de muchos colores.
Al ver un árbol tan hermoso, muchas personas empezaron a reunirse junto a él muy contentas; gozaban de su sombra y de sus flores; la mayoría de la gente permanecía allí, e incluso quienes vivían lejos se recomendaban el árbol de la Mentira por su alegría, sosiego y sombra fresca.
Así, la Mentira se sentía muy honrada y era muy considerada por quienes buscaban siempre su compañía: al que menos se acercaba a ella y menos sabía de sus artes, todos lo despreciaban, e incluso él mismo se descalificaba.
Mientras esto le ocurría a la Mentira, que se sentía muy feliz, la triste y despreciada Verdad estaba escondida bajo la tierra, sin que nadie supiera de ella ni quisiera ir a buscarla. Viendo la Verdad que no tenía con qué alimentarse, sino con las raíces de aquel árbol que la Mentira le aconsejó tomar como suyas, y a falta de otro alimento, se puso a roer y a cortar para su sustento las raíces del árbol de la Mentira. Aunque el árbol tenía ramas gruesas, hojas muy anchas que daban mucha sombra y flores de colores muy alegres, antes de que llegase a dar su fruto fueron cortadas todas sus raíces, pues tuvo que comérselas la Verdad.
Cuando las raíces desaparecieron, la Mentira estaba a la sombra de su árbol con todas las personas que aprendían sus artimañas, se levantó viento y movió el árbol que, como no tenía raíces, muy facilmente cayó derribado sobre la Mentira, a la que hirió y quebró muchos huesos, así como a sus acompañantes, quienes resultaron malheridos.
Entonces, por el vacío que había dejado el tronco, salió la Verdad, que estaba escondida, y cuando llegó a la superficie vio que la Mentira y todos los que la acompañaban estaban muy maltrechos. Habían recibido gran daño por haber seguido el camino de la Mentira.
La Mentira tiene ramas muy grandes y sus flores, que son sus palabras, pensamientos o halagos, son muy agradables y gustan mucho, pero son efímeros y nunca llegan a dar buenos frutos.
A quienes usen de los halagos y engaños de la mentira, evitalos cuanto puedas, porque cuando se encuentren más confiados, les sucederá como al árbol de la Mentira y a quienes se cobijaron bajo él.
Aunque muchas veces en nuestros tiempos la verdad sea menospreciada, abrazate a ella. La verdad siempre te hará libre.
a/d
sábado, 7 de abril de 2012
El negro... Rosa Montero
La prestigiosa escritora española Rosa Montero publicó en su
columna una anécdota refrescante y conmovedora sobre la convivencia entre
extranjeros y los nacionales de un país. El artículo titulado "El
negro" ha causado gran conmoción entre la población inmigrante de España.
Una historia de apenas cuatro párrafos se convirtió en el
artículo más leído del periódico El País de España, en su página de Internet.
Son líneas conmovedoras sobre la inmigración, uno de los temas más delicados y
que mayor preocupación genera entre los ciudadanos europeos.
'El negro'
Estamos en el comedor estudiantil de una universidad
alemana. Una alumna rubia e inequívocamente germana adquiere su bandeja con el
menú en el mostrador del autoservicio y luego se sienta en una mesa. Entonces
advierte que ha olvidado los cubiertos y vuelve a levantarse para cogerlos. Al
regresar, descubre con estupor que un chico negro, probablemente subsahariano
por su aspecto, se ha sentado en su lugar y está comiendo de su bandeja.
De entrada, la muchacha se siente desconcertada y agredida;
pero enseguida corrige su pensamiento y supone que el africano no está
acostumbrado al sentido de la propiedad privada y de la intimidad del europeo,
o incluso que quizá no disponga de dinero suficiente para pagarse la comida,
aun siendo ésta barata para el elevado estándar de vida de nuestros ricos
países. De modo que la chica decide sentarse frente al tipo y sonreírle
amistosamente. A lo cual el africano contesta con otra blanca sonrisa. A
continuación, la alemana comienza a comer de la bandeja intentando aparentar la
mayor normalidad y compartiéndola con exquisita generosidad y cortesía con el
chico negro. Y así, él se toma la ensalada, ella apura la sopa, ambos pinchan
paritariamente del mismo plato de estofado hasta acabarlo y uno da cuenta del
yogur y la otra de la pieza de fruta.
Todo ello trufado de múltiples sonrisas educadas, tímidas
por parte del muchacho, suavemente alentadoras y comprensivas por parte de
ella. Acabado el almuerzo, la alemana se levanta en busca de un café. Y
entonces descubre, en la mesa vecina detrás de ella, su propio abrigo colocado
sobre el respaldo de una silla y una bandeja de comida intacta.
AMOR...
Si
amas, entonces no interfieras en la intimidad de la otra persona.
Permítele conservar íntegra su vida privada. No trates de violar su
interior.
El requerimiento básico del amor es: " Yo acepto a la persona tal como es ". Y el amor nunca trata de cambiarla de acuerdo a las ideas propias. No trata de recortar esto o aquello para reducirle a la dimensión deseada, lo cual vienen haciendo la mayoría de las personas y en todas partes del mundo.
Si amas, entonces no hay condiciones que valgan. Si amas las condiciones no entran. Amas tal como el otro es. Dar amor es la experiencia real y hermosa, porque entonces eres un emperador. Tomar amor es una experiencia muy pequeña, es la experiencia del mendigo. No seas un mendigo, no te preocupes de que el amor pueda agotarse, de que un día de repente encontrarás que: Dios mío, no tengo más amor para dar.
Así que el primer secreto es: no pidas amor, no esperes para amar cuando alguien te lo pida, ¡ dalo !.
Amor es la profunda urgencia de ser uno con el todo. El hombre no puede vivir sin amor. Amor es un deseo de nutrición. Amor es echar raíces en la existencia.
a/d
El requerimiento básico del amor es: " Yo acepto a la persona tal como es ". Y el amor nunca trata de cambiarla de acuerdo a las ideas propias. No trata de recortar esto o aquello para reducirle a la dimensión deseada, lo cual vienen haciendo la mayoría de las personas y en todas partes del mundo.
Si amas, entonces no hay condiciones que valgan. Si amas las condiciones no entran. Amas tal como el otro es. Dar amor es la experiencia real y hermosa, porque entonces eres un emperador. Tomar amor es una experiencia muy pequeña, es la experiencia del mendigo. No seas un mendigo, no te preocupes de que el amor pueda agotarse, de que un día de repente encontrarás que: Dios mío, no tengo más amor para dar.
Así que el primer secreto es: no pidas amor, no esperes para amar cuando alguien te lo pida, ¡ dalo !.
Amor es la profunda urgencia de ser uno con el todo. El hombre no puede vivir sin amor. Amor es un deseo de nutrición. Amor es echar raíces en la existencia.
a/d
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